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El niñez que vive en mi

Foto del escritor: Karen Isabel HernándezKaren Isabel Hernández

Actualizado: 1 may 2024


Portada para el articulo. La niñez que vive en ti. Que contiene datos relevantes e impactantes reflejando el estado de la niñez en México.

Así es la vida, y el dolor será parte de ella.

Yo describiría la niñez como una de las mejores etapas de la vida. Imaginación, inocencia, sin duda la falta de responsabilidades, la magia la hacen la mejor etapa. Este 30 de abril celebramos el día del niño y me hizo querer conmemorar esta etapa de la vida, la niñez.

Quien no recuerda los juegos con los amigos, los juguetes favoritos, la euforia de salir con tus amigos por la tarde y tu programa favorito, tu amigo imaginario, los sueños, la magia y el tener esperanza y esa inocencia. A mi parecer, cada infancia queda marcada por distintos aspectos como en generación viviste, el estrato socioeconómico, las vivencias y lo que los que te rodeaban.



 

GENERACIONES, Redacta las características principales con respecto a las actuales generaciones. Desde los baby boomers, hasta la generación z. Con lo que refiere las grandes diferencias que tienen por los estilos de vida.

Muchos de los que llamamos generación X o Boomers critican las infancias de hoy en día, pues se están presenciando cosas jamás pensadas y que aún no sabemos del todo manejar, que es el internet y todo lo que conlleva como redes sociales, comunicación, disciplina y las nuevas formas de convivencia. Estas generaciones post internet, representan un gran reto para los adultos, pues para nada se comparan las vivencias a las de las “nuevas generaciones”.


No los culpo el cambio de miedo y estos últimos tiempos viven con una rapidez. Somos llamados por el sociólogo “Zygmunt Bauman”, “La modernidad líquida porque todo se va tan rápido, queremos todo ya y ni se diga el consumismo, la falta de identidad y la inestabilidad de esta generación, los excesos y la falta de compromiso que nos hace ser personas fugaces.”

Crecer es lo que más anhelábamos, y hoy que lo hicimos quisiéramos volver al tiempo atrás.

La etapa de la niñez, es totalmente importante, se considera la base de las siguientes etapas, como son la adolescencia y adultez. Para muchos psicólogos es cuando más se cree que tiene impacto en la formación del carácter, personalidad y procesos neurológicos.


El filósofo John Locke aportó bastante referente a la educación en la infancia. Él decía que los niños eran como un lienzo en blanco, haciendo referencia a que lo que hiciéramos con ellos sería aquello que pintaríamos en aquel lienzo y quedaría marcado por siempre.

Las más leves o efímeras impresiones en nuestra tierna infancia pueden tener consecuencias importantes y duraderas”. 

Pues como adultos somos quienes les enseñamos y mostramos cómo es el mundo.


Les enseñamos maneras de interactuar, lenguaje, procesos físicos, alimenticios y conductuales para la vida, que no falten matemáticas, valores y reglas. Sobre todo compartimos y marcamos sus vidas con experiencias, conductas y situaciones que quedarán en su vida por siempre. Los cumpleaños, Navidades, juegos, regalos, amigos, chistes, la familia y escuela son lugares o momentos que siempre quedarán en su memoria, así como las heridas y traumas que causemos en ellos quedarán marcadas y aquel “lienzo en blanco” no podrá volver a ser el mismo.



Muchos adultos tienen la creencia de que el hecho de que algo haya ocurrido en la infancia no importa, y que aquel niño terminara olvidando lo que pasó. Sin embargo, desestimamos el poder del cerebro, en cualquier sentido, tanto positivo o negativo, si fue algo que significó en la vida de una persona se queda “archivado”.


Nuestra memoria lo guarda, si vemos el cerebro como una computadora. Para cada área de él, en la parte de la memoria, se “crean” carpetas por cada momento importante o significativo. La memoria trabaja con todos nuestros sentidos, y sistema nervioso. Algo algún día podría hacerte recordar aquella memoria y puede hacerte sentir cómo lo fue ese momento. La memoria en específico necesita de un propio post para poder resolver aquellos acertijos, pues es más compleja de lo que pensamos.


Las Heridas de la Infancia y su Impacto en la Adultez



Ya explicamos que las experiencias de la infancia moldean significativamente nuestra vida adulta, dejando huellas emocionales que pueden perdurar por años. Las heridas emocionales de la infancia, como el abandono, el maltrato o la negligencia, pueden tener un impacto profundo en nuestra salud mental y emocional.


Como adultos, a menudo tendemos a descargar nuestras propias frustraciones y heridas en los niños que nos rodean. Puede ser tentador culpar a los más jóvenes por nuestros problemas, o tratar de controlar y dominar a los niños como una forma de compensar nuestras propias inseguridades. Sin embargo, esta actitud puede tener consecuencias devastadoras para el desarrollo emocional y psicológico de los niños. Cuando un adulto descarga sus propias heridas en un niño, este puede sentirse confundido, asustado y herido. Puede desarrollar baja autoestima, problemas de confianza y dificultades para relacionarse sanamente con los demás.



Es importante que, como adultos, seamos conscientes de nuestras propias emociones y procesos internos. Debemos aprender a procesar nuestras frustraciones y heridas de una manera saludable, sin proyectarlas sobre los niños. Esto nos permitirá interactuar con ellos de una manera más compasiva, respetuosa y constructiva. 


Cuando logramos conectar con la niñez que aún vive dentro de nosotros, podemos ofrecer a los niños un modelo positivo de crecimiento y desarrollo. Podemos enseñarles a procesar sus propias emociones de una manera sana, a establecer límites saludables y a cultivar relaciones significativas. En última instancia, el desafío es aprender a abrazar nuestra propia niñez interior, para poder guiar a los niños de una manera que les permita florecer y convertirse en adultos emocionalmente sanos y resilientes.


Como adultos, y muchos quizá futuros padres o padres que estén leyendo, esto, es importante trabajar nuestras heridas y situaciones que nos han ido marcando a lo largo de la vida. Pues las heridas emocionales no resueltas de la infancia pueden manifestarse de diversas formas en la vida adulta, afectando las relaciones interpersonales, la autoestima y la capacidad para regular las emociones. Es fundamental abordar estas heridas para poder sanar y crecer emocionalmente por nosotros y, por supuesto, por los niños, pues en ellos muchas veces reflejamos y exponemos nuestras frustraciones.


Tipos de Heridas Emocionales

  1. Abandono: La sensación de no ser amado o cuidado adecuadamente puede generar inseguridad y dificultades para establecer vínculos saludables en la adultez.

  2. Maltrato: El maltrato físico, emocional o verbal en la infancia puede dejar cicatrices emocionales profundas, afectando la autoestima y la confianza en uno mismo.

  3. Negligencia: La falta de atención y cuidado puede generar sentimientos de vacío emocional y dificultades para confiar en los demás.

Por ejemplo actualmente en México residen poco más de 38.2 millones de niñas, niños y adolescentes. Representa el 30.4% de la población total y de acuerdo con Unicef, 63 % de los menores de 14 años sufren agresiones físicas y psicológicas como parte de su formación. Entre los riesgos a los que están expuestos se encuentran la desnutrición, la violencia, los embarazos precoces, el matrimonio infantil, los abusos, la pobreza extrema, la prostitución y la prohibición de asistir a la escuela.



En México, los métodos de crianza como gritos, golpes y humillaciones para educar a niñas, niños y adolescentes están muy normalizados, 6 de cada 10 menores de 1 a 14 años han experimentado algún tipo de disciplina violenta o maltrato en el hogar.

A nivel mundial, 1 de cada 2 niñas y niños de entre 2 y 17 años sufre algún tipo de violencia cada año. Según una revisión global, se estima que el 58% de las niñas y los niños en América Latina y el 61% en América del Norte sufrieron abuso físico, sexual o emocional en el último año.


Ante esta problemática hablamos que se involucran muchos aspectos ante esta difícil situación. Lamentablemente es una lucha por la que muchos parecen no ver el gran riesgo y peligro al que se ven expuestos muchos de los niños durante toda su vida o en algún momento.


Es esencial abordar las causas que desencadenan estas vivencias para la infancia y tomar medidas integrales a nivel social y legal. Hablamos de que se deben de establecer estrategias efectivas que incluyen promover campañas educativas para sensibilizar sobre los efectos de la violencia infantil, implementar leyes más estrictas contra el castigo físico y psicológico, brindar apoyo a las familias psicológicamente y constante, garantizar acceso a servicios de protección, capacitar a profesionales y fomentar la participación de todos.

El abordar las causas estructurales de la violencia, son clave para proteger a los niños y asegurarles un entorno seguro y agradable para su desarrollo.


Es importante que este proceso se afronte mediante:

  1. Terapia Psicológica: La terapia puede ser un espacio seguro para explorar y procesar las emociones relacionadas con las heridas de la infancia.

  2. Autoaceptación y Autocompasión: Aprender a aceptar y quererse a uno mismo, a pesar de las heridas del pasado, es fundamental para sanar y crecer emocionalmente.


En conclusión, las heridas emocionales de la infancia pueden tener un impacto significativo en la vida adulta, pero es posible sanar y crecer a través de la autoexploración, la terapia y el autocuidado. Reconocer y abordar estas heridas es el primer paso hacia una vida emocionalmente más saludable y plena.


Las heridas de la infancia pueden afectar significativamente el desarrollo emocional de una persona. La falta de afecto y apoyo emocional en la infancia puede conducir a problemas emocionales y dificultades en la formación de relaciones saludables en la adultez. La exposición a experiencias adversas en la infancia, como la violencia y el conflicto armado, puede estar asociada con trastornos neuropsiquiatrías en la adultez, así como con conductas de riesgo y deterioro de la salud en la edad adulta.


La falta de atención y cuidado en la infancia también puede generar sentimientos de vacío emocional y dificultades para confiar en los demás. Además, la falta de autonomía en la infancia puede afectar la capacidad de tomar decisiones basadas en el pensamiento crítico y resolver situaciones en la adultez. Es importante reconocer la importancia de la formación y el desarrollo de iniciativas integrales de infancia para fomentar el bienestar infantil y prevenir problemas emocionales y sociales en la adultez. A través de la educación, la formación y el apoyo emocional, es posible superar estas heridas y promover el bienestar y la salud mental en la adultez.





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